Una prótesis dental puede crearse de distintos materiales, entre los que destacan las resinas, metales, porcelana, fibra de carbono o vidrio. Según el material del que esté hecha tendrá un precio u otro y una resistencia distinta. Los resultados podrán verse tanto a nivel estético como funcional.
Colocar las prótesis dentales no es tan sencillo como parece. La mandíbula se mueve gracias a un sistema muscular muy amplio y a unas articulaciones. Los dientes están insertados dentro de las encías pero a la vez, tienen un hueso que los sujeta. Es por esta razón que arreglar un problema de falta de piezas en la boda no es tan sencillo. Cada uno de los elementos se relaciona con los demás. Un simple diente torcido puede llegar a dañar la articulación y provocar fuertes dolores no sólo en la boca sino en el oído y zonas cercanas como el cuello.
Para colocar una prótesis dental es necesario estudiar cada caso a fondo. Entender cómo funciona la boca de la persona y cómo funcionaba antes de sufrir el problema. Para devolverle la salud a la boca es necesario todo un proceso curativo muy complicado.
Existen dos tipos de prótesis dentales para recuperar la dentadura: las prótesis dentales fijas y las prótesis dentales removibles.
La prótesis dental fija, también conocida como puente dental, consiste en dos fundas unidas a otro diente que se mantiene sobre la encía. Las fundas son muelas artificiales que se colocan sobre el diente natural que previamente ha sido tallado. De este modo, se reponen las muelas dañadas o perdidas. Los dientes que están en buen estado sirven de soporte a los que no lo están.
En el caso de prótesis para dentaduras completas, es más complicado, pues hay que adaptarla a los tejidos de la boca.