Tu visita al dentista antes de salir de vacaciones es más importante de lo que podría parecer.
Se acercan días de vacaciones, bien merecidas, y que todos esperamos con ilusión.
Con las prisas de última hora se nos puede olvidar algo,que casi siempre sucede; y entre otras cosas no hacemos caso de ese dolorcillo que llevamos algún día notando en una muela; pensando que será algo pasajero y que como no es muy intenso se pasará pronto.
Llega el día de irnos con los amigos de viaje, y por el camino el dolorcillo se va haciendo más persistente. Cuando llegamos al punto de destino el dolor ya es manifiesto a todo momento y molesto.
Quien me habrá mandado a mí no haber pedido cita con mi dentista para que me diera un vistazo,estamos pensando.
A la llegada y con la alegría del reencuentro con amigos parece que se nos olvida el dichoso dolor.
Pero por la noche, cuando nos vamos a dormir, este dolor se incrementa de manera que aparte de intenso,no nos deja dormir.
Vaya por Dios!!!. Y yo sin saber si aquí habrá dentista! .Y además es festivo. Pues nada, a la farmacia a que me den algo. En la farmacia nos dan algo para el dolor, pero este ha alcanzado ya categoría de huracàn. De modo que no sabemos que tomar, porque lo que nos han dado no nos hace mucho efecto, y empieza a amargarnos estos días de relax.
Finalmente transcurren los días de asueto con un dolor considerable, sin humor para nada, y todo por no haber dado importancia al dolorcillo que llevábamos notando desde hacia unos días y que no nos hubiera costado nada pedir cita con nuestro dentista y que este,en vista de lo que se avecinaba, nos hubiera prescrito un tratamiento, con el cual no hubiera llegado a tal extremo el dolor.
Esta “historieta” nos puede pasar a cualquiera y amargarnos unas vacaciones que llevábamos tiempo soñando con ellas.
No seas tonto,haz de vez en cuando revisiones dentales con tu dentista de confianza y no dejes que un dolorcillo inicial te amargue unas vacaciones !